De mis ochenta añoro mis veinte.
De mi mesita las perlas de tu collar.
De las paredes las fotos que hicistes
cuando en verano saliamos a pasear.
De cien noches, solo me quedo una.
De reproches, solo la duda.
De letargos entre almohadas, bostezos.
De tus miradas sin palabras, dulces besos.
Y guardo en mi cajon recuerdos variados...
De risas, marfil.
De olores, jazmin.
De caricias gatunas.
De miradas furtivas.
De bosques infinitos.
De paisajes inauditos.
De momentos olvidados.
De olvidos momentaneos.
De estrellas en el campo.
De mares en la luna.
De distincion en la cuna.
De la vida en general.
De la fecha de mi muerte.
De la poesia sin suerte.
De reir y no llorar.
Se acabaron los recuerdos y solo me quedo,
con la añoranza de una vida mejor
y con un futuro maldito, he dicho, maldito.
Y tendre que alcanzar lo mas bello,
tendre que llegar al perdon,
redencion dicen los sabios,
mas yo le llamo terror.
A pensar sin resquemor en el cielo
sin por ello aparentar amor.
A pesar del consciente temor
que representa el negro destello.
Reirme de mi suerte me queda,
maldita sea la razon,
la razon que imperiosa, ordena a mi logica
no creer "su" verdad de mi dios.
No tengo miedo si estoy con mi gente,
pues su calor a mi alma conforta.
Pero ahora sin ti la vida no importa
y el infinito, al fin, reclama mi mente.
La fascinacion llego al mar de China y se convirtio en una perla brillante engarzada a suave hilo del horizonte.
Sobre las aguas del rio del dinero se movia la perla, esperando su turno para convertirse en la joya mas bella de "Todo bajo el Sol". Entre sus simbolos extraños y sus curiosas costumbres Shanghai fascina y enamora, asusta y hace temblar el corazon mas robusto, penetra en la memoria dejando el mismo sabor agridulce que algunos de sus famosos platos.
Shanghai no se define por cifras aunque de ellas se extraiga mucho significado, un pais que en si solo es todo un continente rie magnificado ante el tamaño de sus numeros. En ellos esta su poder y lo saben, en ellos esta su increible fuerza y el temor que despiertan entre el resto del mundo. Temor economico como los grandes temores de este siglo, aunque de menor peso que el resto de temores no se le debe olvidar, pues muchas guerras son camufladas en bien del interes economico.
Ante todo, Shanghai representa el cambio, las ganas de conocimiento de la que hacen gala sus gentes. El rico porvenir mezclado con un submundo no reseñado en ninguna guia. La belleza de su historia antigua y la rareza de su historia presente, como la de culquier gran ciudad, perdida entre dos mares. Se puede incluso sentir el choque del comunismo mas antiguo y el capitalismo mas exacerbado, con sus tensiones y sus incongruencias, reminiscencias de martillos y vendedores estresados. Un pais de contrastes, un pais con pasado. Un pais que es como una gota en un desierto de arena, unico y concentrado en si mismo, que poco a poco deja escapar pequeños vapores a su entorno y que nos dejan a todos asombrados por su magnitud.
