lunes, mayo 09, 2005

Delirios de recuerdos.

De mis ochenta añoro mis veinte.
De mi mesita las perlas de tu collar.
De las paredes las fotos que hicistes
cuando en verano saliamos a pasear.

De cien noches, solo me quedo una.
De reproches, solo la duda.
De letargos entre almohadas, bostezos.
De tus miradas sin palabras, dulces besos.

Y guardo en mi cajon recuerdos variados...
De risas, marfil.
De olores, jazmin.
De caricias gatunas.
De miradas furtivas.
De bosques infinitos.
De paisajes inauditos.
De momentos olvidados.
De olvidos momentaneos.
De estrellas en el campo.
De mares en la luna.
De distincion en la cuna.
De la vida en general.
De la fecha de mi muerte.
De la poesia sin suerte.
De reir y no llorar.

Se acabaron los recuerdos y solo me quedo,
con la añoranza de una vida mejor
y con un futuro maldito, he dicho, maldito.
Y tendre que alcanzar lo mas bello,
tendre que llegar al perdon,
redencion dicen los sabios,
mas yo le llamo terror.
A pensar sin resquemor en el cielo
sin por ello aparentar amor.
A pesar del consciente temor
que representa el negro destello.
Reirme de mi suerte me queda,
maldita sea la razon,
la razon que imperiosa, ordena a mi logica
no creer "su" verdad de mi dios.
No tengo miedo si estoy con mi gente,
pues su calor a mi alma conforta.
Pero ahora sin ti la vida no importa
y el infinito, al fin, reclama mi mente.